El "Loquín", "Miguelito", el "Cejas" y el "Cisarro", entre otros. Todos son apodos ("chapas" en el mundo delictual) de menores que cada cierto tiempo se repiten en los noticiarios y páginas policiales de los diarios. Pero no son los únicos.
El Departamento OS-9 de Carabineros logró detectar cerca de 150 niños y adolescentes con un alto compromiso delictual que operan, específicamente, en la zona oriente de Santiago.
Los datos son la principal fuente de consulta cuando se producen hechos delictuales de alta connotación social, principalmente robos con intimidación en los hogares.
Así es posible dar con el paradero de D.A.M. (14), el "Loquín", detenido luego de entrar a una casa de La Reina el viernes. O de los que atacaron al coronel de la Fuerza Aérea y piloto presidencial Rafael Carrere, en la noche del jueves en Las Condes.
El jefe de análisis criminal y comandante del OS-9, Mauricio Valdivia, logró elaborar un perfil psico-social de los menores con alto compromiso delictual.
Dice que son impulsivos, altamente peligrosos, y no se relacionan en bandas determinadas, sino que forman grupos de acuerdo con el momento y el delito que van a cometer. No es lo mismo entrar a una casa que robar una cartera o un auto.
"Hay elementos propios del desarrollo de los jóvenes: inestabilidad e impulsividad, y si a eso le sumamos consumo de sustancias (alcohol o drogas), las posibilidades de comportarse de cualquier manera son altísimas", argumenta.
Violentos
Por lo mismo, si alguien se opone a los objetivos de estos niños-delincuentes, las posibilidades de una reacción violenta se elevan.
"Ellos -dice el oficial- no le tienen temor a la cárcel, no le tienen temor a las armas y no le tienen temor a Carabineros".
Valdivia entrega otro antecedente. Si bien los delitos en contra de la propiedad van en disminución en Santiago Oriente (Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea, Ñuñoa, Providencia y La Reina), cada vez son más los menores que delinquen.
El dato es corroborado por el fiscal jefe de delitos flagrantes del sector, Matías Moya. Los números del Ministerio Público dan un aumento sostenido de jóvenes detenidos desde 2008.
"Es producto principalmente de la oportunidad que se genera. Hay gente con más recursos. Un lanzazo ahí genera más recursos en pro del delincuente que uno en el centro", sostiene Moya.
322
fue el promedio de detenidos en los últimos 4 meses de 2009, 81 más que en igual período de 2008.
El Ministerio Público detectó un denominado "delito emergente". Se trata de robos en la calle a mujeres adultas mayores. Pasó con Mariana, Aura y Liliana, durante la primera quincena de abril. Todas mayores de 75 años. Usualmente los menores de edad, en bicicleta o skate, identifican a una víctima, pasan por el lado y le arrebatan las carteras. También sufren personas que salen a hacer deporte por las tardes, especialmente en lugares con poca afluencia de público. El fiscal Matías Moya dice que uno de los objetivos de la unidad de delitos flagrantes que comanda es pesquisar las formas de operar de los ladrones con identidad conocida y relacionarlos, luego, a otros delitos en donde no existen imputados. "La idea es que las víctimas puedan reconocer a delincuentes que hayan estado en otros robos y asaltos", dice el fiscal Moya. Según el mapeo de delitos que maneja Carabineros, las calles más complicadas por el tema de los lanzazos son Providencia, Apoquindo, Doublé Almeyda, entre otras. Por robos a casa, en tanto, las zonas más complejas se encuentran en el área residencial de Vitacura y Las Condes.
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