Investigadores de la Universidad de Iowa que idearon una prueba computarizada simple para medir qué tan fácilmente los adultos jóvenes y los adultos mayores se dan cuenta cuando cometieron un error, descubrieron que los de más edad son menos propensos a reconocer sus errores. En las pruebas que involucraban apartar la vista de un objeto que aparece en la pantalla, los más jóvenes reconocieron más a menudo que los adultos mayores cuándo no pudieron apartar la vista del objeto. En cambio, los adultos mayores eran más propensos a ser categóricos y a no aceptar que cometieron un error. La investigación ofrece una nueva visión respecto de cómo las personas mayores perciben sus decisiones, y especialmente cómo ven su desempeño, ya sea al juzgar su propia capacidad para conducir o con qué regularidad creen que han tomado medicamentos.